“LOS OLVIDADOS, presentes en nuestra conciencia y en nuestra
triste dignidad”

En
la actualidad esas residencias se han convertido en campos de
concentración, el VIRUS ha conseguido que vivan esperando si les
llega su momento. De entrada son agrupados en cámaras de aislamiento
esperando su suerte o su muerte, ya que se les ha negado el traslado
a hospitales y se les ha dejado desatendidos. El personal sin medios
de protección -por un sueldo muy inferior al de los sanitarios-
eran y son héroes anónimos, con un gran sufrimiento emocional, ya
que en estos centros, para estos profesionales, estos mayores después
de algunos años, son uno mas de la familia.
A
las familias que han intentado recuperarlos, se les ha negado por que
están en aislamiento, muriendo solos y preguntándose de quien es
este sinsentido. Nos han creado, nos han posibilitado una vida y
ahora en el colmo del egoísmo máximo, les decimos que para ellos no
hay, ni UCIS, ni respiradores, ni mascarillas, ni test PCR, ni una
muerte con una mínima dignidad (acompañados).
En
el colmo de la soberbia más miserable, y la falta de toda ética y
humanidad (son científicos y expertos, no personas), ni tienen a
bien CONTARLOS, ni siquiera nos hemos molestado en reducirlos a un
número, ya que los datos que publican nuestras autoridades no los
tienen en cuenta, que pena mas grande, que falta de principios, que
asco de humanidad.
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